La insatisfacción vital no es un trastorno como tal, ni puede catalogarse englobado en ningún problema concreto. Sin embargo, puede suceder que, en ocasiones, sentimos que tenemos todo lo que podríamos desear pero, aún así, no somos todo lo felices que nos gustaría. Nos sentimos algo insatisfechos y desorientados. ¿Por qué sucede esto? Es una sensación muy común que puede trabajarse en terapia, viendo qué está sucediendo realmente y dónde está el "problema" o qué es lo que no estamos gestionando de forma adecuada. Lo cierto es que tampoco nos han enseñado a disfrutar de las cosas y a vivir felices, así que no tenemos mucha idea de cómo se hace, y vamos improvisando.
En consulta trabajamos con diferentes técnicas la satisfacción con las diferentes áreas de la vida: la personal, social, académica, laboral, familiar, etc.
Estas crisis vitales pueden suponer una oportunidad para cambiar y empezar a vivir la vida que uno realmente quiere vivir y ser feliz plenamente.
Una de las cosas que trabajamos en muchas de las sesiones de terapia es la habilidad de vivir "aquí y ahora", tratando de potenciar la atención plena como un auténtico modo de vida, un hábito que se genera de la práctica diaria. Lo cierto es que esta técnica suele tener efectos muy poderosos en la satisfacción vital y en la capacidad de disfrutar las cosas que nos rodean, los pequeños placeres de la vida, y disminuir el efecto negativo de los problemas.
La baja autoestima está muy relacionada con la insatisfacción vital, puesto que puede ser uno de los muchos motivos por los que ésta se produce. Asimismo, una baja autoestima puede estar afectando a muchísimos trastornos, perjudicándolos o causándolos y es, en definitiva, una fuente de conflictos y de insatisfacción muy grande.
No quererse a uno mismo, "maltratarse" (tratarse mal), permitir que los demás abusen de nosotros o incluso, en formas mucho más sutiles, dejar que hagan cosas que no permitiríamos por no saber decir no, son algunas de las formas en que se manifiesta la baja autoestima.
Muchos pacientes presentan baja autoestima que hay que potenciar de diferentes formas y con técnicas que hacen que el paciente se sienta capaz y con fuerzas para quererse como realmente se merece. Durante las sesiones surge la necesidad de darle vuelta a muchos pensamientos que están en nuestra cabeza y en nuestro repertorio como reales como puede ser, en este caso: "quererse mucho a uno mismo es ser egoísta". Estos pensamientos distorsionados no nos permiten tener una vida feliz y de paz, por lo que necesitamos cambiarlos por otros más adaptativos.
La baja autoestima se presenta de forma más común como: "es que no me quiero nada a mi mismo o misma". No ser capaz de automotivarse, ni reforzarse por las cosas que se hacen bien, o buscar actividades que nos gusten y nos hagan felices, sólo por el hecho de disfrutar y vivir desde el momento presente (el famoso "aquí y ahora"), son algunas de las claves en este punto.
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