¿Quién no ha tenido miedo alguna vez? De hecho, el miedo, igual que muchas de las emociones que llamamos erróneamente negativas, es una emoción que nos está indicando algo importante. El miedo, en sí mismo, es una emoción adaptativa puesto que tener miedo implica que hay algo que se debe temer. El problema con el miedo aparece cuando éste es exagerado en relación a la situación que lo provoca porque se activa ante estímulos que no deberían provocarlo. Por ejemplo, que alguien tenga una fobia a los ascensores es porque se percibe como un estímulo peligroso el ascensor cuando, a priori, no lo es.
Una fobia, según el manual DSM IV TR, es un miedo acusado y persistente que es excesivo o irracional desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Este objeto genera ansiedad y se evita (o soporta con mucho malestar) y la persona reconoce que es irracional. La fobia específica puede ser de tipo animal, ambiental (alturas, agua...), a sangre o inyecciones, situacional (ascensores, aviones...) o de otros tipos. También existe la fobia social, que aparece cuando la persona presenta temor acusado a una o más situaciones sociales.
El problema es que cuando empezamos a tener miedo a algo, en lugar de afrontarlo en el primer momento, tendemos a evitar aquello que nos provoca el miedo. Así, siguiendo el ejemplo, si empezamos a tener temor del ascensor procuraremos no subir en él y subir por las escaleras ("porque además me viene bien para hacer un poco de ejercicio"). Eso hará que el miedo y la fobia sean cada vez mayores y que el día que necesitemos subir "por necesidad" tal vez no seamos capaces de hacerlo. Si vivimos en una planta baja y no necesitamos subir muchas escaleras quizá esta fobia no nos resulte un problema en nuestra vida. Sin embargo, si vivimos en un décimo quizá eso nos generará un conflicto suficiente como para tratar de solucionarlo.
En general, como decimos, todos tenemos alguna fobia a algo (los bichos, las alturas, algún animal, los aviones...) pero hasta que no nos genera un conflicto en nuestra vida porque interfiere enormemente en nuestro día a día no solemos acudir a terapia.
En ese caso se trabaja para reducir ese miedo (exponernos a él) y afrontar aquello que tememos junto con un montón de herramientas que hacen que la exposición no sea angustiosa (trabajo de pensamientos, relajación y respiración, etc.).
Si tienes alguna fobia o miedo que está generando dificultades en tu vida y tienes alguna duda o quieres iniciar un tratamiento, no dudes en consultar ([email protected]).