El trastorno obsesivo-compulsivo o la personalidad obsesiva es otro de los problemas que trabajamos en terapia. Se trata de un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de pensamientos obsesivos y compulsiones que cumplen una serie de características y generan un gran malestar en la persona que las padece, puesto que irrumpen constantemente en la actividad física y mental.
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes que se repiten, intrusivos y/o inapropiados que generan un gran malestar a la persona que los padece. El hecho de intentar reducir su presencia, o "dejar de pensar en ello" hace que sean todavía más difíciles de erradicar. Es como tratar de no pensar en un elefante lila, cuando lo primero que se te viene a la cabeza es esa imagen. Con el objetivo de reducir el malestar que generan, a veces aparecen conductas (o pensamientos) que tratan de compensarlo. Por ejemplo, alguien que cree que puede contagiarse por tocar algo con las manos, tenderá a lavárselas para reducir el malestar que le genera ese pensamiento. Eso podría no ser un problema si sucede una vez, sin embargo lo es cuando la persona necesita realizar el comportamiento muchas veces al día para no sentir ansiedad, lo cual le genera una gran interrupción en su vida. Todos hemos vuelto alguna vez al coche para comprobar si lo hemos cerrado bien, pero no nos sentimos obligados a repetir esa conducta de manera sistemática para no sentirnos mal.
El trastorno obsesivo compulsivo es uno de los trastornos que mayor malestar genera puesto que suele interferir enormemente en la vida de las personas y en las de su entorno. Sin embargo, en terapia conseguimos identificar tanto las obsesiones como las compulsiones y dotar a los pacientes de herramientas suficientes para conseguir superar esta problemática.
Es difícil entender el por qué aparecen en nuestra mente este tipo de pensamientos. Sin embargo, el procedimiento es más sencillo de lo que pueda parecer. Durante nuestro día tenemos infinidad de pensamientos de todo tipo que no controlamos: la mayoría de ellos pueden pasar desapercibidos para nosotros pero cuando, en algún momento, nuestra mente detecta un peligro donde no lo hay puede ser un detonante por el que se generase un trastorno como el obsesivo-compulsivo o una fobia. Por ejemplo, puedo pensar por un segundo "ayyyy es que le mato" a mi pareja y se activa una alarma que dice: "si he pensado eso es porque quizá soy capaz de hacerle daño", "¿y si fuera capaz y no lo sé?" y convertir ese pensamiento que podría haber pasado desapercibido en un pensamiento obsesivo que será recurrente e intrusivo y aparecerá una y otra vez para generarnos ansiedad. En ese momento, lo más normal es que realicemos alguna conducta o generemos un pensamiento para aliviar esa ansiedad y así se habrá instaurado un ritual de obsesión y compulsión que habrá que trabajar para "desmontar". Aunque es una explicación a priori bastante sencilla, se puede complicar bastante cuando sucede y generar un gran malestar en la persona que lo padece que siente que no puede controlarlo.
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