Una persona emocionalmente inteligente es aquella que es capaz de reconocer sus propias emociones y las de los demás, identificarlas, comprenderlas y aprender a gestionarlas de una forma adecuada en cada situación.
Hemos hablado sobre inteligencia emocional hasta la saciedad y tenéis mucha información sobre las competencias emocionales en destacados pero es porque es uno de los pilares esenciales del trabajo personal. Si no aprendemos mediante nuestras emociones y hacemos un profundo trabajo en este sentido habrá una gran parte de información que nos estaremos perdiendo y no sabremos relacionarnos de forma adecuada (ni con los demás, ni con el mundo, ni con nosotros mismos).
Por todo ello, hemos incluido la inteligencia emocional en el #cursosensibilidadconsciente y hoy vamos a llevarlo a la práctica mediante un ejercicio. ¿Te apuntas?
Recuerda alguna situación que has vivido hoy que te haya generado alguna emoción. Puede haber sido agradable o desagradable. Intenta que sea de intensidad baja o media, no muy alta. Recuerda esa situación para volver a conectar con eso que has sentido. ¿Lo tienes?
Concéntrate en cómo sientes en tu cuerpo:
1. ¿Dónde lo estás sintiendo? (trata de ubicar esa sensación en tu cuerpo)
2. ¿Qué forma dirías que tiene? (si tuviera una forma, ¿cómo sería?)
3. ¿Con qué intensidad la estás sintiendo? (puntúala del 0 al 10)
4. ¿En qué situación ha aparecido? (trata de ver la situación desde fuera)
5. ¿Qué información trata de darte esta sensación? (tal vez necesitabas huir, escucharte, protegerte… Siempre tendrá que ver contigo).
Ahora respira la sensación, sin tratar de juzgarla ni analizarla más. Quédate con ella y respírala. Agradece la información que te aporta y sigue respirando profundamente. Sin poner nombres, sin aferrarte a ella. Observa cual espectador y sigue respirando.
¿Cambia la intensidad de la sensación si no la etiquetamos y no nos identificamos con ella?
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