¿Cómo convencerle para que busque ayuda?

Si deseas desesperadamente que alguien busque ayuda, quizá lo que leas puede ayudarte

Sucede, a menudo, que el entorno de una persona está convencido de que necesita ayuda y ella no lo ve… o no lo quiere ver. Nos encontramos en consulta, en bastantes ocasiones, situaciones en las que hijos, maridos o mujeres que desean con todas sus fuerzas que ayudemos a sus seres queridos pero éstos no siempre están tan motivados como ellos. Quizá no ven la necesidad, o la gravedad igual que el otro.

Cuesta entender por qué la otra persona piensa que no necesita esa ayuda. Cuesta asumir mi propia frustración por querer ayudar y no poder.

Hoy voy a darte la vuelta a esa idea, para ti que deseas convencer a alguien para que busque ayuda.

Es normal que te preocupes por esa persona, a la que seguramente quieres más que a nada en el mundo y por la que, tal vez, darías tu vida. Es normal que te angustie ver cómo lo pasa mal y sufre. Sin embargo, no está en nuestra mano obligarles a venir a mejorar sus vidas. Ni en la tuya, ni en la mía. Y te lo digo porque lo he intentado un montón de veces y he fracasado en el intento todo ese montón de veces.

Fracasé hasta que aprendí lo siguiente

Si alguien no quiere ayudarse, hay poco que podamos hacer el respecto. Pero sí hay algunas cosas:

  1. Podemos, primero, respetar su decisión. Quizá en nuestro mapa esa persona necesita ayuda pero en el suyo no. Ese es el libre albedrío, de poder decidir lo que uno quiere y lo que es mejor para su vida. Respetémoslo.
  2. Por otro lado, tratemos de comprender sus porqués: quizá tiene miedo porque lo intentó mil veces y no funcionó. Tal vez ya no desea ni intentarlo. Es posible que ni siquiera lo vea tan negro como nosotros. Igual siente que ahora no es el momento.
  3. Después del respeto y de la comprensión y empatía, podemos desarrollar nuestra compañía. Eso sí puede ayudar. Si es alguien a quién tienes cerca, puedes estar ahí, acompañándole en su proceso. No hace falta que digas nada, quizá es mejor si no lo haces. O mejor si preguntas directamente: «¿qué podría hacer por ti?».
  4. Finalmente podemos escuchar qué nos está queriendo decir de nosotros mismos esta preocupación. Puedo trabajar la frustración que me genera que esta persona no quiera ¿Es obsesiva mi preocupación o es real? Quizá estoy tratando de desempeñar un rol que no me conviene… Escúchate a ti mismo.

¡Qué decepción!

Lamento mucho si llegaste aquí esperando encontrar consejos para convencerle y encontraste un espejo.

Espero haberte ayudado a comprender que nosotros no podemos decidir cuándo alguien va a querer ayudarse a sí mismo. Créeme que a los psicólogos muchas veces nos aparece esa frustración y hay momentos en que nos encantaría poder hacer más pero siempre hay que respetar a la persona.

Aunque nosotros pensemos que sabemos qué es lo mejor para ella.

Las claves: Respeto, comprensión, empatía y autoanálisis.

Magdalena Grande
Psicóloga General Sanitaria
www.magdalenagrande.com