Y la música… ¡eres tú!

La música y sus efectos

Hace poco os hablaba sobre el efecto que tiene la música en las personas, en general y en mi, concretamente.

La música siempre ha formado parte de mi vida, de una forma u otra y es capaz de transportarme a diferentes estados emocionales en tan sólo unos segundos: puedo echarme como una loca a bailar, emocionarme al instante o ponerme a llorar, según me pille.

He escuchado historias de gente que ha salido del coma al escuchar una canción que había sido muy importante para ellos (¿realidad o ficción?).

La música como terapia

Tanto es así, que el otro día me preguntaba por qué motivo no utilizamos más esta herramienta, este recurso, para trabajar determinados aspectos: conductuales, emocionales y psicológicos.

Tengo pendiente investigar sobre la «musicoterapia» porque sé que se hacen trabajos brillantes, especialmente con niños con necesidades especiales y con pacientes con enfermedades neurológicas, tercera edad, etc. Pero, ¡queremos más música!

De hecho, nos hemos propuesto incluir la música en nuestras charlas y talleres.

Si alguien conoce más sobre el uso de la música a nivel terapéutico, por favor, ponedme al corriente!

En nuestra vida diaria

También estoy hablando de poner más música en nuestras vidas.

Música para los niños, música para trabajar, música para planchar y doblar ropa (la sensación del tiempo se reduce a la mitad!), música para poder expresar honestamente nuestras emociones, para recordar, para hacer mindfulness y para bailar, en el coche…

Si somos capaces de encontrar un equilibrio, escucharnos a nosotros mismos y nuestras necesidades y saber cuándo necesitamos silencio y cuándo la música puede ayudarnos, todo resultará más sencillo.

Recuerdos

Seguro que podéis recordar más de una canción que ha marcado etapas de vuestras vidas, que al escucharla os trae un recuerdo muy concreto. Casi cada canción me trae una memoria determinada, o a una persona concreta a la mente. A veces incluso grabo un trocito y se la envío a esa persona en ese momento.

Seguro que podéis contarme cómo utilizáis vosotros la música en vuestras vidas.

«Y la música… eres tú!»

 

Magdalena Grande
Psicóloga General Sanitaria
www.magdalenagrande.com