Educar desde el corazón

Creo que una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida ha sido ser madre. También es la más impresionante y enriquecedora, claro está.

No lo digo porque el hecho mismo de ser padre implique necesariamente una dificultad concreta sino por la sensación constante de responsabilidad que tendemos a cargar.

Los primeros años esa responsabilidad se puede convertir en una losa y después se repite en los cambios de etapa, novedades…

Queremos que nuestros hijos sean felices, está claro, pero además ponemos sobre ellos y sobre nosotros un listado de expectativas y creencias que tiende a sobrepasarnos y sobrepasarles.

Te invito a liberarte, al menos en parte, de esa pesada carga que te impusiste al convertirte en padre o madre. Te invito a intentar vivir la maternidad desde el corazón, con consciencia, sabiendo que hacemos todo lo posible por hacer las cosas lo mejor que sabemos y que, aún así, habrá muchas que se nos escapen, otras tantas que hagamos mal y miles que no dependen de nuestro control.

Te invito a dejar que sean ellos quienes se responsabilicen en función de su edad, a hacerte consciente de las creencias que pueden estar interfiriendo en la educación, a dejar que se equivoquen, a permitir que aprendan acompañándoles (desde el corazón) en el proceso.

Te invito a que tomes la decisión de cómo deseas vivir tu maternidad y no lo hagas con el piloto automático. Porque quizá no se trate tanto de lo que no, como de lo que sí. Porque quizá pese más la calidad, y no la cantidad, porque aunque nos necesitan no podemos dirigir su camino, sino darles la mano en el que decidan recorrer.

Cuando te conviertes en padre y pasan los años empiezas a darte cuenta de que todo aquello que había en tu cabeza sobre educación nada tiene que ver con la práctica. Averiguas que hay que encontrar un equilibrio entre organización e improvisación, que es necesario educar en emociones, que por más que hayas decidido blanco quizá será negro o gris… Y que la vida hay que vivirla.

Así que te invito a educar de esta forma consciente pero descargada de presión, con la luz que aporta dejarnos guiar por el corazón.

¿Qué te ha enseñado tu maternidad/paternidad?

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