El desapego es uno de los aprendizajes más difíciles que existen. No se trata sólo de desapegarse de lo material, que ya es difícil, sino también de las personas que nos rodean, que es más difícil; rizar el rizo es desapegarse de las expectativas sobre cómo esperamos que sean las cosas.
Nuestra mente está permanentemente armando sus propias historias. En las mentes PAS, esas películas son de lo más elaboradas: nos montamos un pedazo de guión, con actores y actrices principales y secundarios, escenarios múltiples, diálogos profundos… Además esperamos que todo surja así, como en nuestra cabeza…
Pero la vida tiene su propio guión, que muchas veces no encaja con lo que pensábamos. Eso nos genera una gran frustración y mucho sufrimiento.
Recuerda la última vez que te pasó algo así: ¿qué sucedió?, ¿cuáles eran tus expectativas?, ¿en base a qué las habías creado?, ¿cómo influyeron en tu respuesta?
Te invito a hacer conscientes las expectativas que creas sobre las situaciones de tu vida. Pueden ser de lo más Spielberg a lo más sencillo, como ir a por el pan y no encontrar lo que queremos. Cuanto más deseo ponemos ahí, más frustración si no se produce. Sin embargo, si conseguimos hacernos conscientes de esas ideas, conseguiremos fluir más fácilmente con las cosas de la vida.
Podemos aplicarnos el mantra: fluir y soltar (y que sea lo que tenga que ser)…
¿Utilizas alguna frase para soltar? ¿Cómo trabajas el desapego?
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